Dónde escribir las ofensas y dónde los favores



Dos beduinos viajan por el desierto a lomos de sus camellos. Al llegar a un oasis discuten por una nadería, y uno de ellos llega a abofetear al otro. El agredido toma una vara y escribe en la arena una frase: "Hoy mi mejor amigo me ha pegado una bofetada en el rostro". Continúan el viaje y, al medio día siguiente, llegan a un nuevo oasis. El que había sido abofeteado sufre un desmayo y cae a una charca. Estaba a punto de morir ahogado cuando fue rescatado por su amigo. Al recuperarse, tomo un estilete y esculpió en una roca esta frase: "Hoy mi mejor amigo me salvó la vida".  

El amigo, sorprendido, le pregunta por qué cuando lo abofeteó escribió en la arena, y cuando lo salva lo hace en la roca. "Cuando un amigo nos ofende debemos escribir donde el viento del olvido y el perdón borren la ofensa. Pero cuando nos ayude debemos escribirlo en algún lugar en que ningún viento pueda borrarlo"

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